miércoles, 4 de julio de 2007

Acerca del Color (II)


Otro punto muy importante a tomar en cuenta es el balance de blancos y la temperatura de color. Los seres humanos tenemos la ventaja de poder hacer un balance automático de blancos, al igual que la mayoría de cámaras digitales. Un ejemplo para esto es cuando pasamos de una habitación con luz de fluorescentes a una de luz incandescente; notamos inmediatamente los tonos más amarillentos, pero paulatinamente nos acostumbramos y vemos un color más real y el blanco más blanco.
El problema está cuando la cámara no nos hace un balance preciso, como sucede muchas veces cuando lo ponemos en automático, y nos aparecen imágenes rojizas, verdosas, amarillentas o de cualquier otro color no deseado.
Si trabajamos en estudio o en cualquier otro lugar donde tengamos el tiempo suficiente para preparar la foto, debemos hacer un balance manual de blancos para lograr colores más exactos. Si no tenemos tiempo y vamos a cambiar constantemente de ambientes con distinta iluminación, no nos queda otra que trabajar en Raw y modificar posteriormente la temperatura.
Pero, ¿qué es la temperatura de color? Es un sistema de medición usado para prever las dominantes que nos producirán ciertas fuentes de luz y poder corregirlas. En fotografía analógica se corrigen con filtros tomando en cuenta la película que utilicemos y en la fotografía digital con el balance de blancos.
La temperatura de color se mide en Kelvin “a secas” (y no en grados Kelvin). ¿Y cómo se determinó que color corresponde a qué temperatura? Se puso al fuego una barra de metal, y conforme se iba calentando, iba cambiando de color (uno mismo puede ver ese efecto calentando un alfiler con un mechero). Entonces, los tonos rojizos están por debajo de los 5000K de la luz de día y los azulados por encima.
En el mercado existen (¿o existían?) dos tipos de película calibradas para distintas temperaturas de color: las de Luz de Día (5500K) y las de Luz de Tungsteno (3200K). ¿Y que pasa si trabajamos con una película fabricada para una determinada temperatura con otro tipo de luz? Tendríamos que ponerle un filtro a la cámara que equilibre el color. ¡Pero hay infinidad de temperaturas!... Me contaba hace varios años un profesor que cuando se hacía fotografía de publicidad existían empresas que te alquilaban los filtros, ya que era demasiado costoso tener toda la gama de filtros que existían en el mercado para este fin. Entonces, lo que se hacía era medir el color de la luz con un termo colorímetro (el cual ya casi no se fabrica) y dependiendo de eso se optaba por un filtro u otro.
Ahora este problema es prácticamente un problema del pasado ya que la gran mayoría de fotógrafos trabajan (unos por iniciativa propia y los más conservadores por exigencia de sus clientes) en digital.

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